Día Mundial de las Ciudades (31 de octubre) La tecnología ha revolucionado el concepto tradicional de ciudad. Su aplicación en todos los ámbitos de la sociedad ha contribuido a crear las conocidas como ‘ciudades inteligentes’ (o Smart Cities). Su fin es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y hacer urbes más eficientes. COMSA EMTE contribuye a estos principios a través de todas sus líneas de negocio. En el ámbito de las infraestructuras ferroviarias, el grupo mantiene su apuesta por una movilidad sostenible. En este sentido, ha construido la L9 del Metro de Barcelona, la línea suburbana más larga de Europa con una longitud de 50 kilómetros y que abarca diferentes municipios. Se trata de una línea totalmente automatizada que cuenta con un sistema eléctrico conectado a la red de alta tensión que permite reducir los costes de la energía. Además, se han instalado subestaciones de tracción interconectadas para mejorar el aprovechamiento de la energía recuperada por los trenes. La eficiencia energética es también otro de los pilares de las ciudades inteligentes. Entre otros proyectos, COMSA EMTE ha trabajado para el Gran Teatro del Liceu ejecutando la modernización y unificación del sistema de control de las instalaciones eléctricas para favorecer una conducción más fiable y eficiente, y ha renovado la central de producción de frío para mejorar su rendimiento y reducir el consumo energético. Estos trabajos fueron reconocidos por el Premio EMAS Cataluña a la mejor implantación ambiental del 2011. Entre las iniciativas smart que COMSA EMTE lleva a cabo a nivel medioambiental, destaca el proyecto de recogida neumática de residuos urbanos en el distrito 22@ de Barcelona, donde ha instalado puntos de recogida a nivel del suelo y depósitos acumuladores subterráneos, evitando así los malos olores en el entorno. Los residuos son transportados a través de canalizaciones subterráneas hasta un único punto de recogida centralizado. Finalmente, el área técnica del grupo está trabajando en proyectos de I+D de Smart Cities referentes en Europa. Uno de ellos, Urbanite, pretende desarrollar un sistema de gestión energética para integrar los recursos renovables, el almacenamiento de energía y los sistemas TIC de edificios y distritos urbanos, reduciendo así las pérdidas energéticas y las emisiones de CO2. Por otra parte, el proyecto Solprocel se centra en el desarrollo de células fotovoltaicas orgánicas transparentes para su uso en la captación de energía solar a través de ventanas, fachadas acristaladas y otros elementos arquitectónicos con el fin de aumentar la superficie generadora de electricidad en envolventes de edificios.